Todo llega, hay veces que las cosas se hacen esperar, pero todo acaba por llegar.
Tras largos años de espera y después de meses desde que se aprobó la ley de identidad de género, por fin he podido cambiar mi documentación; ha sido una larga espera, pero ha merecido lo pena.
Llevaba muchos años llamándome Vanessa, pero por requisitos legales cuando quise cambiarme de nombre solo pude elegir un nombre ambiguo y entre todos los nombres que había para elegir el único nombre que me gustaba era Andrea, por lo tanto tuve que dejar el nombre que había llevado durante años a la espera de que me lo pudiera poner legalmente, pero ahora que ha llegado ese momento y después de haber estado durante mucho tiempo llamándome Andrea y mucha gente me conoce como Andrea, lo cierto es que le he cogido cariño a mi nombre y no quiero perder ni un nombre ni otro.
Por lo tanto he decidido hacer de mis dos nombres uno compuesto y llamarme Andrea Vanessa.
